Dentro de las drogas legales (las que no se encuentran penalizadas por la ley) se encuentran el alcohol, el tabaco y los psicofármacos, entre otras, y se pueden conseguir fácilmente a través de Internet en el mercado negro, lo que se traduce en "facil acceso".
El alcohol es una de las drogas más antiguas conocidas por el hombre. Se obtiene de la fermentación de los jugos azucarados de diversas plantas o de sus frutos (su graduación alcohólica depende precisamente de su origen).
Por lo general, se comienza a recurrir al alcohol para aliviar tensiones emocionales, problemas
laborales o familiares, depresiones... En un principio parece lograrse, hasta que el individuo aumenta sus niveles de tolerancia y precisa beber cantidades cada vez mayores para obtener los mismos efectos.
Una vez que el tubo digestivo absorbe el alcohol etílico, este pasa a la sangre y alcanza su máxima concentración a los 15 o 20 minutos de haber sido ingerido. El exceso de alcohol es procesado en el hígado para ser eliminado del organismo, por eso, este órgano es, junto con el cerebro, el más perjudicado.
Los efectos del alcohol pueden ser a corto o a largo plazo. Cuando el efecto es a corto plazo se produce una intoxicación de varias horas de duración. En cambio, los efectos a largo plazo producen mayores riesgos de enfermedades hepáticas, presión sanguínea elevada, enfermedades del sistema nervioso, fuerte dependencia física y psicológica. El alcohol, al establecer una firme tolerancia, presenta síndrome de abstinencia cuando se suprime sin un tratamiento médico adecuado. El más leve es el denominado " síndrome de alarma" que presenta temblores de lengua, labios y dedos de las manos, náuseas, secreción de bilis, ansiedad, depresión leve y cansancio. Cuando la enfermedad está muy avanzada, la privación brusca del alcohol produce "Delirium tremens", que puede ser mortal.
Beber mucho de forma regular durante el embarazo puede producir graves malformaciones en el feto.
El consumo excesivo y continuado de alcohol puede generar dependencia, con serios efectos físicos y psíquicos, esta dependencia se denomina alcoholismo. El alcohol puede provocar lesiones tales como úlceras, gastritis, cirrosis y hasta infertilidad. Desde el punto de vista psíquico, la ingesta excesiva de alcohol ocasiona una depresión en las funciones de autocontrol y autocrítica, por lo que puede producir
trastornos en la comunicación, en la vida afectiva y social.
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